La psicología del color juega un aspecto fundamental en todos los aspectos de nuestra vida. Por ejemplo, las grandes marcas de comida rápida usan colores en sus logos que estimulan el apetito de sus clientes. Incluso, las tonalidades con las que nos vestimos tienden a generar un impacto en quienes nos ven a diario y en nosotros mismos. Y, aunque no lo pareciera, el diseño de interiores también es algo que no escapa de los efectos de la teoría del color.
A continuación, te explicaremos la importancia de la psicología del color en el diseño de interiores y, adicionalmente, te daremos los consejos de nuestros expertos para escoger la paleta perfecta para decorar tu hogar.
¿Cómo se relaciona la teoría del color con el diseño de interiores?
La elección de los colores adecuados es uno de los aspectos más significativos en el desarrollo de un diseño de interiores. En el hogar, pasamos gran parte de nuestro tiempo de ocio y tanto nuestro estado de ánimo como la percepción del espacio pueden verse afectados positiva o negativamente por la combinación de colores puestos en la escena.
Dicho esto, conozcamos un poco qué colores son más estimulantes que otros y qué lugares de nuestra casa son ideales para su uso.
Colores cálidos vs. Colores fríos
Cuando vas a realizar una reforma con Nexdom, es prácticamente una norma combinar colores cálidos y fríos para generar un equilibrio en ambiente. Pero, ¿cómo seleccionar los colores ideales para adecuar cualquier espacio de nuestra casa? Veamos, entonces, el impacto que tiene cada tipo de color.
Por un lado, los colores cálidos son netamente estimulantes. Suelen ser enérgicos y denotan un espacio vivo y, por lo tanto, dan la sensación de alegría, cercanía y entusiasmo. Algunos de estos, pueden representar emociones mucho más sugerentes, como el poder, la pasión, el peligro y el apetito. Dicho esto, son ideales para puntos muy dinámicos, como la cocina o un área social. Entre ellos, clasificamos al rojo, al naranja, al amarillo y el dorado.
Por su parte, los colores fríos son aquellos que brindan sensaciones relajantes y de descanso, evocando paz y tranquilidad, decorando el ambiente con un aspecto fresco y ligero. Una buena combinación de colores fríos, también, representan confianza, seriedad y profesionalismo, pero dado su carácter introspectivo, son ideales para dormitorios, salas de estar y baños. Como colores fríos, destacan el azul, el verde y el violeta.
Existen otros, clasificados como colores neutros, que son de baja intensidad o saturación, dan la sensación de equilibrio, serenidad y armonía. Su neutralidad hace que sean fácilmente aplicables a cualquier parte de nuestro hogar, ya que evocan el punto medio entre la calidez y la frialdad. Entre ellos, encontramos el blanco, el negro, los grises, los marrones, el beige y el color crema.
La importancia de la saturación y el brillo
La saturación y el brillo también juegan un papel fundamental a la hora de escoger un color para nuestro diseño de interiores. Entendamos la saturación como la pureza de un color, es decir, la intensidad del mismo; mientras que el brillo es la cantidad de luz que puede reflejar, es decir, cuán claro u oscuro puede ser.
Tanto la saturación como el brillo de los colores, pueden afectar la percepción del espacio, ya que modifican la tonalidad del color y la cantidad de luz que estos reflejan. Además, tienden a crear combinaciones que acerquen más los colores cálidos a los fríos y viceversa, pudiendo generar efectos sensoriales diferentes a los que deseamos.
Aspectos a considerar para elegir la paleta de colores perfecta
Elegir la paleta de colores adecuada para el hogar dependerá de varios factores. Los principales son el tamaño y la forma que tiene la habitación que vamos a decorar, pero también influyen aspectos como el estilo de la decoración y nuestro gusto personal. No es una tarea sencilla a la primera, por eso, te recomendamos prestarles atención a las siguientes recomendaciones.
El tamaño de la habitación a decorar
Las dimensiones del espacio a decorar condicionarán la elección de la paleta de colores. En este sentido, si tenemos una sala de estar pequeña, debemos elegir colores claros, ya que dará una sensación de amplitud y luminosidad. Por otro lado, si tenemos una habitación grande, es recomendable escoger una paleta de colores oscuros y cálidos, para dar una percepción de reducción de tamaño y brindar una sensación acogedora.
Color base, color complementario y acento
En el diseño de interiores, existe una regla llamada la “60-30-10”, la cual ayuda a escoger una paleta de colores equilibrada. En palabras sencillas, la regla nos indica que el 60% del espacio debe cubrirse con el color base o dominante, el 30% con un color secundario o complementario y el 10% con un color acento.
Si decoraremos una habitación con poco mobiliario, el color base predominará en las paredes y el complementario en los muebles y otros accesorios (como cortinas o cojines). En el caso contrario, cuando es una habitación copada de muebles, son estos los que deben llevar el color principal y el secundario debe usarse para las paredes y accesorios.
El color acento, por su parte, debe ser de un color con un tono que genere contraste a los otros dos colores. Por tanto, dado su naturaleza llamativa y resaltante, debe emplearse en elementos decorativos pequeños, como marcos, topes, lámparas, piezas de arte, entre otros.
La luz natural
Por último, un aspecto clave al seleccionar una paleta de colores para decorar nuestra casa, es la cantidad de luz natural que reciben las habitaciones. Así, una sala con un mayor acceso de luz natural, escogeremos colores suaves y frescos, poco brillantes y no tan saturados, para evitar una sensación de sobrecarga. Por otro lado, si la entrada de luz natural es poca, es más recomendable que elijamos colores más brillantes y saturados, para darle vida a la habitación.