Microcemento: definición, ventajas y precio

Bañera de microcemento

El microcemento, debido a sus excelentes cualidades, se está convirtiendo en un material de referencia a la hora de abordar reformas dentro del hogar. Pero ¿sabes qué es exactamente y cuáles son las ventajas que ofrece? Aquí queremos hablarte de ello en profundidad para que averigües si es realmente la opción recomendada para tu hogar.

Definición de microcemento

El microcemento es un tipo de revestimiento continuo formado, principalmente, por la mezcla de polvo de cemento y resina líquida. Esto da como resultado una pasta uniforme muy fácil de aplicar sobre paredes, techos y, sobre todo, suelos. Además, fragua muy rápidamente y, por su resistencia térmica, no precisa de juntas de dilatación. Su combinación de flexibilidad y dureza es una de las más interesantes del mercado.

Además, el microcemento se puede aplicar sobre prácticamente cualquier tipo de superficie. La única excepción es la madera, sobre la cual no agarra convenientemente. Eso sí, en función de ella, habrá que aplicar sobre la base un tipo u otro de producto específico. También debes saber que su aplicación ha de llevarse a cabo siempre al final del proceso de reformas.

¿En qué se diferencia el microcemento y el cemento pulido?

Muchos usuarios tienden a confundir ambos materiales cuando, realmente, no tienen mucho que ver en cuanto a aplicaciones y beneficios. La definición de microcemento ya la dimos antes. En cambio, la de cemento pulido, no. Se trata, fundamentalmente, de hormigón alisado y acondicionado para su uso en el interior de las viviendas.

Podemos establecer sus diferencias del siguiente modo:

  • Lugares de aplicación. El microcemento se puede instalar tanto en las paredes como en los techos y los suelos. En cambio, el cemento pulido solo es válido como revestimiento de suelos.
  • Espesor. El cemento pulido requiere, como mínimo, de 7 cm de grosor. En cambio, el microcemento apenas necesita de 2 mm. Una diferencia muy importante.
  • Juntas de dilatación. No son requeridas por el microcemento, ya que no se ve afectado por los cambios térmicos y, gracias al uso de resinas, no existe riesgo de fisura. En cambio, el cemento pulido precisa una cada 4-5 metros, aproximadamente, así como la instalación de un mallazo bajo él.
  • Instalación. El cemento pulido cuenta con la consideración de pavimento industrial y para su colocación es necesario utilizar maquinaria pesada. Esto impide la presencia de tabiques para trabajarlo correctamente. De hecho, solo se recomienda en bajos y en viviendas unifamiliares debido a su elevado peso. En cambio, el microcemento se aplica mediante herramientas ligeras y fáciles de transportar, lo que lo hace útil para pisos.

Principales características del microcemento

Este material posee una serie de características que debes conocer antes de proceder a su instalación dentro de tu hogar. Son estas:

  • Apariencia. Hay un elemento que caracteriza a este material. Hablamos, como no, de las aguas. La vistosidad de estas dependerá de la intensidad del color. Cuanto más claro sea, menos palpables resultarán. Debes tener en cuenta que son propias del microcemento y que le proporcionan un aire más natural.
  • Acabados. Este material posibilita una gran variedad de ellos. Todo depende, principalmente, del tipo de microcemento elegido, lo que permitirá aplicar una mayor o menor cantidad de textura. En el caso de los suelos, es posible pulir antes de sellar para conseguir acabados lisos. Asimismo, en las paredes no es complicado lograr acabados rústicos más rugosos. Por su parte, en función de la cantidad de poliuretano y resina acrílica, tienes la oportunidad de darle un aspecto satinado, mate o brillante.
  • Colores. Muchas personas creen que este material únicamente se puede instalar en gris. Sin embargo, están equivocados. El microcemento admite la adición de pigmentos de alta calidad con el propósito de lucir tonalidades muy llamativas e interesantes y duraderas en el tiempo. Rojo, azul, verde, amarillo… Da igual, cualquiera es posible.

El precio del microcemento

Depende de varios factores como, por ejemplo, el precio de la mano de obra cobrada por el instalador o la cantidad de superficie a abarcar. En concreto, dentro del mercado, el precio del metro cuadrado de este material suele rondar los 60 € por metro cuadrado de superficie. Aunque, si el espacio es mayor de 60 m2, es habitual encontrar descuentos y ofertas especiales.

Otros aspectos a tener en cuenta antes de instalar microcemento

Más allá de lo ya comentado, hay otros aspectos clave que debes considerar antes de instalar este material como revestimiento dentro de tu hogar. El primero de ellos es la impermeabilidad. Has de saber que, en sí mismo, el microcemento no es impermeable. Es decir, resulta vulnerable a la penetración del agua. Sin embargo, aplicando un sellador antes de terminar el trabajo, es posible solucionar este problema. Algo indispensable si, por ejemplo, quieres colocarlo en las inmediaciones de una piscina o en cualquier lugar exterior como la terraza o el jardín.

Por su lado, la limpieza es otro factor a tener en cuenta. Los fabricantes de microcemento recomiendan eliminar la suciedad acumulada en la superficie usando agua y jabón neutro. Pero nada más. No debes emplear lejía ni detergentes abrasivos, ya que puedes dañar los acabados.

También es recomendable la aplicación de ceras diluidas en agua. La elección dependerá, fundamentalmente, de si el acabado del material es brillante, mate o satinado. Su aplicación se puede llevar a cabo con una simple mopa o fregona, es decir, no hace falta contratar a un profesional que cuente con herramientas específicas.

Microcemento, un material innovador para todo tipo de superficies

En definitiva, tras todo lo que acabamos de ver, no resulta extraño que, durante los últimos años, el microcemento se haya convertido en una opción cada vez más popular entre los usuarios. De hecho, son muchos los decoradores de interiores que, cuando reciben consultas para realizar reformas dentro de una vivienda, recomiendan el uso de este tipo de material para los techos, las paredes y, sobre todo, los suelos.

Brinda una apariencia muy natural, resulta muy resistente y permite una gran variedad de acabados tanto en términos de color como de brillo. Si a esto sumamos que se instala en muy poco tiempo, solo nos queda afirmar que se trata de una opción muy recomendable.

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